Todos ellos comparten su amor por la adrenalina, pero también han vivido juntos la emoción del momento.
30 metros de caída que, entre todo ellos, suman 20 kilómetros de cuerda en total.
Tras el salto, algunos han decidido darse un baño para relajarse.
Otros han preferido no pasar frío y han escapado del agua trepando.
Un momento inolvidable que ahora podrán ver en el libro Guinness.